CONJUGANDO LA JUSTICIA EN FEMENINO

El psicólogo israelí y premio Nobel de economía Daniel Kahneman en su conocido libro “Pensar rápido, pensar despacio” –excelente obra divulgativa y no por ello menos rigurosa acerca de cómo confeccionamos nuestros juicios, plagados de sesgos y atajos mentales no del todo fiables- explica que nuestro pensamiento intuitivo no tiene reparo alguno en alcanzar prematuras conclusiones partiendo de una base limitada de antecedentes. Esta deficiencia cognitiva la resume el profesor de la universidad de Princeton con un cacofónico acrónimo: WYSIATI (what you see is all there is) lo que ves es todo lo que hay.
Es decir, tendemos a tomar apresuradas decisiones y a adoptar endebles opiniones partiendo sólo de un puñado de incuestionados datos previos que no son ni cuantitativa ni cualitativamente suficientes para tal fin y, sin embargo, van contribuyendo a estrechar y empequeñecer nuestro mundo intelectual y sentimental, limitando nuestras experiencias y ensombreciéndonos la mirada, que se enturbia, y se contenta con verlo todo en tonalidades de grises, en detrimento de toda la gama de colores que contiene el arco iris.
Cuáles, quiénes y cómo se fijan ese puñado de datos (y de tópicos que se reiteran, tantas veces sin fundamento racional alguno) excede los límites e intereses de esta breve pieza. Que cada cual especule sobre esos interrogantes.  
Dentro de mi pequeño círculo de intereses, de un tiempo a esta parte, han ocupado una posición principal las reflexiones acerca de qué sea (o qué deba ser) desde el punto de vista jurídico, ético, político y económico la Justicia.
Sobre este particular, si hay una obra verdaderamente trascendental de filosofía política en la segunda mitad del siglo XX ésta es sin duda la “Teoría de la Justicia” de John Rawls, la biblia del liberalismo igualitario.  
Después de su publicación en 1971, gran parte de la literatura científica ha tenido como punto de partida –bien para posicionarse a favor, con miles de matices; bien en contra, con otras tantas e infinitas posturas encontradas- la célebre e imprescindible obra rawlsiana.
Autores como Robert Nozick (defensor del estado mínimo),Michael Walzer (y sus esferas de la justicia), Gerald A. Cohen (que trató de humanizar la fría e institucional teoría de Rawls, abogando por una sociedad teñida de un particular ethos acerca de lo que es justo) o Ronald Dworkin (crítico con la teoría rawlsiana por mostrarse insensible con las dotaciones propias de cada persona) forman el principal y recurrente elenco de pensadores que cualquiera que se acerque a esta materia escuchará una y otra vez, de tal suerte que el mainstream –o malestream según Mary O`brien limita en no pocas ocasiones su visión de las teorías de la justicia al, incuestionable eso sí, magisterio de los autores citados.
Sin embargo, hay mucho más allá de lo que normalmente se ve, y es que a pesar de que la Justicia es un sustantivo que debiera conjugarse en femenino, los principales manuales sobre la materia apenas se detienen (cuando ni siquiera se molestan en citar) a las muchas y excelentes intelectuales mujeres que se han ocupado en pensar, con solidez y seriedad académica, pero también con una meritoria y comprometida implicación social, acerca de la Justicia.
Autoras como Martha Nussbaum, Iris Marion Young, Susan Moller Okin, Catharine MacKinnon o Virginia Held han dejado indispensables trabajos sobre las capacidades, la responsabilidad social, la injusticia y el género, el liberalismo y el ámbito de lo privado o la ética de los cuidados.
Según Kahneman somos perezosos y nos supone un importante esfuerzo detenernos a pensar que puede haber algo más allá de lo que vemos, como también nos resulta incómodo salir de los apacibles y reducidos marcos impuestos para apreciar que hay otros muchos mundos que están en éste y que merecen ser explorados.

Sin embargo, estamos obligados y obligadas a andar ese camino. A (re)descubrir la obra intelectual política y filosófica escrita por la, luminosa pero apagada, mitad de la ciudadanía, profundizando en las visiones femeninas y feministas (léase, igualitarias) acerca de la Justicia.



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