SONETO PARA CANTAR UNA AUSENCIA

Las horas pasan, pesan lentamente 
vacías de ti, llenas de tu memoria. 
Tu ausencia rompe el hilo de mi historia, 
aísla como un foso este presente,

 
dejándome indefenso e inocente 
entre la espada aguda de la gloria 
de haberte amado ayer, y la ilusoria 
esperanza de amarte enternamente. 


No dirijo mi vida, y el futuro 
se presenta inseguro, turbio, incierto. 
Me atengo sólo a ti, que no te tienes. 


Me inclino sobre ti, endeble muro 
de mis lamentaciones: roto, abierto, 
hendido dique en el que me contienes. 



ÁNGEL GONZÁLEZ (Palabra sobre palabra)

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