Soy inocente -soltó muy serio- Eso es lo importante, Ana. (...) -En eso, querido, Ale, estás completamente equivocado -dije-. Yo no te voy a defender porque seas inocente. Te voy a defender única y exclusivamente porque soy tu abogada (...) lo importante es que no te vas a librar de una condena porque seas inocente, te vas a librar, suponiendo que te libres, lo cual es mucho suponer, porque yo voy a hacer bien mi trabajo. Ni más ni menos.
ANA. Roberto Santiago
Vivimos tiempos de expansión del derecho punitivo a ámbitos tradicionalmente propios del derecho público o privado. Además, la introducción en nuestro ordenamiento de un sistema de responsabilidad criminal de las personas jurídicas de modo acumulativo a la de sus administradores y directivos, ha modificado la propia concepción del ejercicio de la abogacía en Derecho penal. Desde este último punto de vista, el letrado penalista debe ser, pues, un asesor independiente en la adopción de medidas preventivas de la responsabilidad penal de las empresas.
En este contexto de penalidad simbólica, además de la tradicional tarea de defensa ante tribunales –o incluso en la llamada fase pre judicial- adquiere especial relevancia el asesoramiento preventivo, aspecto éste en el que nuestro Despacho pone un especial acento.
Mención especial debemos hacer en relación con nuestra personal sensibilidad en la defensa de víctimas en casos de violencia machista, así como en la defensa de quienes han sido víctimas de cualquier tipo de discriminación o de delitos de odio.